POR LUZ Y OLOR

LUZ: La forma básica de detectar una CALLE TOMADA de NOCHE es la TOTAL FALTA DE LUZ en toda la vía. No verás ni una ventana encendida. Desgraciadamente, una calle libre también puede presentar este aspecto de noche, sobre todo a altas horas de la madrugada, cuando no queda ni un solo vecino despierto.


Cuidado no confundir el reflejo de la Luna
en las ventanas con que haya luz en las casas.

Curiosamente, la gente que ha entrado sin querer en una calle tomada, habla de ahogo, de ansiedad, dolor craneal súbito, sangrado, y de una luz creciente que va inundando la calle hasta cegarte. PARADOJAS LUMINOSAS: de plena oscuridad a espacio radiante.


OLOR: Una calle tomada huele a ELECTRICIDAD. No me refiero a tipo tormenta eléctrica sino a cable quemado. Como el aroma del Parque de Atracciones, el scalectrix, o los propios coches de choque. Ese olorcillo de goma y electricidad. Identificable, pero indefinible. Pues así huelen Ellos y sus calles, extraña halitosis enfermiza.



Desgraciadamente, cuando uno aprecia con fuerza este aroma es porque ya está inserto del todo en una calle tomada y la posibilidad de una vuelta atrás es casi nula. Por eso hay que tener el olfato bien alerta para que al menor indicio podamos salir pitando.