LUNA LLENA

Alberto Aguilera, calle amplia, y todavía segura. Pocos balcones iluminados, aunque suficientes. Caminamos en silencio, fijándonos en los comercios, todos cerrados a estas horas, muchos de forma definitiva por la crisis. Tiendas de toda la vida, de esas que recuerdas yendo de la mano de tu madre: unas telas, unos muebles, pantalones, un batido con suizo... Pego unos cuantos carteles Ω en los sucios escaparates. Dani es el primero que percibe el sonido de una especie de motor. Al girarnos vemos las luces de un COCHE al final de la avenida. Viene veloz. ¡Ey, un coche!, dice Dani emocionado, y se planta en medio de la calle y comienza a agitar los brazos. ¡Eeeeh! Es un inconsciente este chaval. Tengo que cogerle por los hombros y tirar de él. ¡No llames la atención, chico! Pero él insiste: ¡Seguro que nos lleva ¡ ¡Eeeh! El coche ya está muy cerca, nos debe haber visto pero no aminora la marcha. ¡Que te va a matar, gilipollas!, le grito a Dani. Intento tirar de nuevo de él pero se zafa. El coche está a punto de embestirle. Dani se espanta al ver que no frena. Gina le da un empujón junto cuando el coche casi le roza. Dani rueda por el suelo. ¡Hijoputaaaa!, grita al coche. El conductor pita, como devolviéndole el saludo, pero no se detiene y se pierde en la distancia. Si será cabrón…, se queja Dani frotándose una rodilla. Niñato inconsciente, pienso, y retomo la marcha. Gina le ayuda a levantarse y me siguen.


No podemos seguir por aquí: la calle Génova está tomada, dice ella. Es cierto, fue de las primeras
anexionadas. Miramos a las calles pequeñas que se inyectan. Buscamos farolas y ventanas encendidas. Nos fijamos en una pequeña travesía. Gina se decide, ¡vamos por ésta! Pero justo cuando van a entrar, les advierto que ¡No hay luces! Dani se asusta y se vuelve atrás. Pero Gina señala un balcón en medio de la travesía: arroja luz brillante, como de bombilla blanca. ¡Es segura! Además, ya estoy dentro y no pasa nada, dice agitando los brazos. Es cierto. Dani y yo la seguimos a pesar de que la callejuela es demasiado oscura y silenciosa. Cinco o seis pasos y Dani advierte que huele un poco… a electricidad, ¿no? Yo no lo detecto pero me pongo muy nervioso y acelero el paso. ¡Vamos! Me empieza a doler la cabeza. Y justo al pasar frente al balcón iluminado me doy cuenta de que la luz… es solo el reflejo de la LUNA LLENA en el cristal. Mierda… Una nube va tapando la luna hasta dejar la calle sumida en tinieblas. El dolor aumenta. ¡Corriendo!, les grito. Comienzan a escucharse los gritos metálicos, hay flashes en las ventanas, donde asoman veloces siluetas indefinidas. Los chillidos nos aturden. La luz crece y los oídos nos pinchan como si nos clavaran alfileres. A Dani le brota sangre de la oreja. Gina ya no puede más y se detiene para apretarse el cráneo. Hago un esfuerzo a pesar del mareo y la empujo hacia delante. Ya estamos a punto de salir de allí. Sólo unos cuantos metros más. Pero la luz cegadora casi no nos deja ver. Chillamos para contrarrestar las voces, los gritos y el dolor. Y por fin salimos…

… a una calle ancha. Libre. Nos dejamos caer al suelo y nos arrastramos hasta la esquina para protegernos de la embocadura de la calle tomada. Intentamos recuperar el aire y la calma. ¡Que nadie más decide por dónde ir!, les ordeno. Esta mañana no estaba tomada, se excusa Gina. ¡Las anexiones son fulminantes!, les digo. Sobre todo ahora, con la falta de comida. Dani se toca el oído. Le angustia ver la sangre y me muestra el dedo rojo. ¡No te toques con el dedo!, le digo y saco mi pañuelo. Lo despliego y le meto la punta en el oído. ¿Te duele? Dani me mira orgulloso y niega. Me fijo en las calles de alrededor. Todo esto es como un campo de minas. Es un suicidio continuar el viaje. Gina se levanta pensativa y me dice: ¿Y si tuviéramos un mapa de todo el trayecto? Un mapa con las calles tomadas. ¿De dónde los vas a sacar?, pregunto. Venga, vamos, dice ella resuelta y tira de Dani hacia arriba. Gina es menuda, algo sosa, pero está cargada de energía. Y de recursos.

11 comentarios:

tricolocon dijo...

Pero ¿estáis locos?
Primero os plantáis delante de un coche para intentar pararlo. Yo todavía tengo gasolina y algunas noches circulo por calles no tomadas. Como os pongáis delante de mi coche os arrollaré sin pensarlo. Y no miraré atrás. Pero ¿qué quería el chaval chalao ese? Aquí no esta nadie para hacer de taxista.
Y segundo, os metéis por callejuelas sin confirmar si están tomadas o no. ¿Tenéis las narices tapadas o estáis como cabras? ¿No tenéis ningún "animalito detector de grisú"?
Desde luego, más os valdría ahorrar pegatinas de la RESISTEnce y ponéroslas en el culo, para que Ellos las usen de diana y os den bien daos.
Así no vais a llegar a ninguna parte.

Ω dijo...

Sí, tienes razón, tricolocon, es mejor quedarse quieto en casita hasta morirse de inanición y que los vecinos te anexionen democráticamente. Debe ser que a nosotros nos encanta el peligro tanto como ti esa quietud que al final te llevará al desastre y nos arrastrará a todos. Gracias por colaborar.

tricolocon dijo...

Iros todos a paseo, pringaos condescendientes. Ah, y dile a Gina que le cambio un mapa hecho a mano por una buena mamada en el asiento trasero de mi coche. No echará en falta comida en un par de días.
Ah, y yo no me anexionaré nunca, pero paso de idealistas utópicos como los de la RESISTEnce que no consiguen nada más que fracasar una y otra vez. Yo voy de por libre.

aaronson dijo...

Otro listo que va por libre. Aunque eso no quiere decir que seas libre, chavalote. Piénsalo. Y no faltes al respeto a nadie, por favor.

Ana Coluto dijo...

Sí, aaronson, veo que hay mucho listo como tricolocon por ahí suelto (habría que bannear a la gente así), pero me ha llamado la atención su frase de los "animalitos detectores de grisú". ¿Alguien sabe qué ha querido decir?
Tricolocon, ¿tienes alguna buena pista?

Por cierto, estoy intentando recuperar el blog de Zaragoza que ha vuelto a ser borrado ¿Seguimos sin tener ningún informático capaz de arreglar el asunto? Ya sabéis que yo soy muy torpe.

tricolocon dijo...

Pues si yo soy muy listo, por lo visto vosotros lo sois más, así que no sé para qué me preguntáis.
No os diré "ni pío".
Vaya, ji, ji, se me ha escapado una pista.

Pío, pío, pío, piughh.

sinclair dijo...

Un grupo de familias nos hemos refugiado en el colegio Fray Luis, en Martín de los Heros esquina Evaristo San Miguel, pero estamos completamente rodeados y desesperados... no sabemos que hacer...

Ana Coluto dijo...

sinclair, por lo que más quieras, evita la anexión. ¡Evita la anexión!
Que a nadie se le ocurra proponerla.
No sé si alguien de Madrid podrá hacer algo por vosotros, pero todas las calles de los alrededores parecen estar tomadas, no me explico cómo habéis podido llegar hasta allí.
Supongo que habrá que esperar a la noche. Suerte.

Kaneda dijo...

Anoche no podía dormir.

Amortiguados por la pared me llegaban los extraños ruidos de mi vecina,una especie de respiración ahogada mezclada con una letanía apenas audible; después de haber pasado horas dando vueltas en el empapado colchón, recorrido la habitación cien veces y visitar la nevera otras tantas, tuve una idea de lo más absurdo: amplificar el sonido... No sé cuanto tiempo pasé pegado a la pared con el vaso en la oreja, os lo juro que estaba petrificado de miedo sin poder parar de escuchar, tenía la sensación de que me estaba hablando a mí aunque seguía sin entender nada. Al mucho rato la sensación se tornó en certeza, ¡me hablaba a mi!, sabía que sus labios estaban a apenas diez centímetros de mi oreja, susurrándome. Estaba a un paso de descifrar las palabras cuando ha sonado el despertador. Sobresaltado y con el corazón en un puño parecía que me acababa de despertar de una terrible pesadilla y que todo había sido una absurda ensoñación.

Ahora -desde el curro- todo esto me parece una tontería, pero sé que esta noche la volveré a pasar en vela.

¿Es recomendable que le haga una visita a Ella?

ALK RESISTE.

Ω dijo...

No hagáis caso a sinclair. Es el clásico fake que ponen Ellos para que acudáis a rescatar a gente sitiada y en cuanto entráis en la calle queda anexionada con vosotros dentro. Insisto: ni caso.

Y a Kaneda sí que le prevengo: si lo que crees oír te da la sensación de que es imaginación o que se escucha como dentro del cerebro, fijo que es uno de Ellos. Tus vecinos están anexionados. Cuidado entonces porque tu bloque puede caer con facilidad. Habla con la gente de tu portal y si lo ves chungo, emigra a casa de algún familiar. Suerte, Kaneda.

sinclair dijo...

no nos dejéis solos, por favor, no somos DE ELLOS.... casi no nos quedan víveres, los niños están nerviosos, empiezan las disputas entre nosotros, ¿qué podemos hacer?...

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